Es la variedad que mejor caracteriza los aceites de la Denominación de Origen Baena (Córdoba) y también una de las más cultivadas, como nos recuerda Juan Francisco Moreno, del equipo de veedores de la institución cordobesa. En la copa despliega nítidos aromas de hierba fresca, con abundantes notas almendradas y, con frecuencia, de fruta exótica. Su paladar está en la gama dulce, con ecos amargos y picantes bastante atenuados. Con presencia también muy significativa en la D.O. Priego de Córboba, el cultivo de la picudo –o picuda- se extiende a las provincias de Granada, Málaga y Jaén. El nombre procede de la forma del fruto, con un apéndice apuntado y curvado, de pezón pronunciado, y también es conocida en algunos lugares como “pajarera” (su dulzor en el momento de la madurez atrae a las avecillas del olivar) y “carrasqueña de Córdoba”. Los árboles, vigorosos y de porte abierto, de espeso follaje, son más resistentes al exceso de humedad que a la sequía y soportan bien las bajas temperaturas invernales. La hoja es de tamaño generoso y color verde muy oscuro. Con más de 4 gr. de peso medio, el fruto figura entre los mayores del olivar español, con un excelente rendimiento en zumo, ligeramente por debajo de la variedad picual.