Es conocida como la aceituna del norte, debido a su zona de mayor implantación: Navarra, donde representa más del 50 por ciento de la producción de los virgen extra acogidos a la denominación de origen que lleva el nombre de la Comunidad Foral; Álava, en particular la Rioja Alavesa, con municipios destacados como Barriobusto y Moreda, y La Rioja, donde recibe el nombre de royuela. También se la conoce, dependiendo de las zonas de producción, con las sinonimias de vidrial, bermejuela o hembra, entre otras.
VIGOROSO PALADAR. El nombre de arróniz procede del municipio navarro homónimo cercano a la localidad de Estella, donde los expertos sitúan su origen. Y los de royuela y bermejuela aluden al color rojizo que adquieren los frutos tras el envero. Los árboles son de porte abierto y vigor medio, de productividad elevada aunque con cierta tendencia a la vecería. Su resistencia al frío y la sequía, su notable rendimiento graso (alrededor del 25 %) y la escasa resistencia al desprendimiento de las aceitunas son interesantes características agronómicas de la especie, que también muestra una gran capacidad para su cultivo en cotas elevadas.
Marcas de prestigio como Belasco (Grupo La Navarra), Mendía Trujal de Arróniz o Artajo apuestan por esta variedad en sus etiquetas de la gama superior. Cuando proceden de cosecha temprana, los virgen extra de arróniz presentan un color verde intenso y un perfil aromático complejo, que oscila entre la gama frutada y la especiada, con un paladar vigoroso en el que las notas amargas predominan sobre las picantes. Se trata de aceites con buena resistencia al enranciamiento, debido a su abundancia en polifenoles y otros componentes naturales estabilizantes.