El pasado 26 de octubre, se celebró en el Centro Cultural Ibercaja de Logroño una cata de aceites solidaria cuya recaudación fue destinada íntegramente a Banco de Alimentos. Al módico precio de 3 euros, las entradas daban derecho a recibir una clase magistral impartida por Lorena Martín, miembro del departamento técnico de la D.O.P. Aceite de La Rioja.
Además, el acto sirvió para difundir algunos usos culinarios de los aceites de oliva virgen extra. Los cocineros de Cooking Team se encargaron de estas demostraciones, elaborando pinchos que pudieron degustarse posteriormente.
Pero las grandes protagonistas del evento fueron, sin duda, las dos variedades de aceituna a partir de las cuales se hicieron los aceites. Hablamos de la Redondilla y de la Royuela, sometidas ambas a un interesante trabajo de estudio y elaboración por parte de la conocida almazara institucional riojana Finca La Grajera.
Es todavía pronto para especificar con certeza científica las características de estas aceitunas del olivar riojano aunque, según explicaciones del equipo técnico y a raíz de los aceites elaborados hasta la fecha, la Redondilla parece proporcionar notas más suaves y delicadas, mientras que la Royuela destaca por la riqueza de rasgos amargos y picantes. La primera, por tanto, podría estar más cerca de una arbequina, y la segunda aproximarse a la rotundidad de una aceituna picual.
La Rioja cuenta con hasta 13 variedades de aceituna autorizadas por el Consejo Regulador. / DO ACEITE DE LA RIOJA
Hace escasas semanas, la Almazara Experimental La Grajera era escenario de unas interesantes jornadas técnicas dirigidas al sector olivarero de la Rioja, en las que se habló largo y tendido de las técnicas de cultivo, elaboración y comercialización del oro líquido, un producto con bastante más tradición de lo que mucha gente cree en el territorio de la actual comunidad autónoma riojana. Es sólo un ejemplo del momento de ebullición que vive estos días en la Rioja el más noble de nuestros aceites vegetales.
El olivar riojano se encuentra en el límite septentrional del cultivo. / CUADERNO DE CAMPO-ÓSCAR SOLÓRZANO
En las más de 5.500 has del olivar riojano conviven variedades de aceituna tradicionales –no faltan quienes las califican de autóctonas– como royuela, redondilla, machona o negral con otras llegadas de distintos enclaves de la cuenca del Ebro –las arbosana y arbequina, la empeltre aragonesa– o de latitudes más remotas, como la andaluza picual o la foránea koroneiki.
RICOS EN ÁCIDO OLÉICO. Un prometedor catálogo aceitunero que está siendo rigurosamente estudiado por los técnicos de la joven –aprobada en 2004- Denominación de Origen Protegida (DOP) Aceites de la Rioja y la Consejería de Agricultura del gobierno regional, a fin de conocer a fondo su potencial para la obtención de aceites virgen extra del escalón más alto de la calidad. Entre ellos Juan B. Chávarri, coordinador de los trabajos de investigación en olivicultura y elaiotecnia en el centro experimental de La Grajera, para quien la Rioja puede aportar al actual panorama español la acusada personalidad de unos aceites obtenidos en el límite septentrional del cultivo de la aceituna, aromáticos y con alto contenido en ácido oleico.
Aceites de la Rioja en London Wine Experience 2012. / DO AR
En cuanto a las variedades, predomina la arbequina y ganan peso día a día los que se elaboran con la aceituna redondilla, la única de las tradicionales que puede catalogarse en rigor de autóctona tras el correspondiente estudio genético. A diferencia –como también informa Chávarri– de las conocidas por los nombres de royuela o bermejuela, machona y negral, en las que se han encontrado coincidencias concluyentes con las arróniz navarra, royal de Calatayud y bodoquera aragonesa, respectivamente. “Tenemos ahora”, concluye Chávarri, “más de sesenta biotipos de olivo en estudio, por lo que no hay que descartar la aparición de nuevas referencias autóctonas en un futuro próximo. Los estudios genéticos requieren su tiempo”.
LARGA TRADICIÓN OLIVICULTORA. La fuerza de los aceites de la DOP reside, sin duda, en la diversidad de frutos y tipos de aceite, pero también en una ascendencia que se remonta a tiempos de la dominación romana, como atestiguan tanto el tipo de prensa que utilizaban los trujales hasta el s.XIX como diversos restos arqueológicos hallados en los municipios de Alfaro y Murillo de Río Leza. Fueron los árabes quienes extendieron el olivar por amplias zonas de la región. Los primeros datos incontrovertibles sobre la producción aceitunera de la región se encuentran en el Catastro del Marqués de la Ensenada, del siglo XVIII.
La producción olivarera alcanzó su apogeo a mediados del siglo XX, con 5.780 has de olivar en 1942, 81 trujales censados en 1953 y hasta 7.000 has de cultivo a finales de la pasada década de los sesenta. El auge de otros cultivos más rentables, a la cabeza de ellos la vid, fue el principio de la decadencia del olivar, que en 1993 alcanzó su mínimo histórico, con apenas 2.700 has en producción.
Dos variedades tradicionales: arriba, negral; sobre estas líneas, machona. / CC
Hubo que esperar al último cambio de siglo para el relanzamiento de la industria aceitera, gracias sobre todo al impulso de una iniciativa privada atenta a la creciente demanda de aceites de calidad en los mercados nacionales e internacionales. La Asociación de Trujales y Olivicultores de la Rioja (constituida en el año 2000) y firmas como Almazara Ecológica de la Rioja, Trujal 5 Valles o Kel Grupo Alimentario, entre otras, iniciaron un movimiento de modernización del sector al que pronto se sumó la mayoría de las cooperativas. Hoy son más de una docena las almazaras incluidas en la DOP Aceites de la Rioja, una marca de calidad que comienza a sonar con fuerza en los principales foros aceiteros del planeta. JOSÉ RAMÓN PEIRÓ
Distintos aceites riojanos en una feria londinense. / D.O.P. ACEITES DE LA RIOJA
Ya está todo a punto para la celebración del primer foro dedicado al aceite de oliva que se celebrará en la bodega institucional La Grajera, en Logroño, durante los días 9 y 10 de septiembre. Gracias al compromiso alcanzado por la Consejería de Agricultura y la Denominación de Origen Protegida Aceites de La Rioja, este ciclo servirá para exponer nuevas técnicas y presentar estudios sobre variedades de oliva en busca de una mayor calidad de los aceites. Las conferencias se repartirán en tres capítulos: olivicultura, en el que se insistirá en la importancia del momento óptimo para recolectar; comercialización, en el que se ofrecerán pautas y claves para acceder a mercados todavía por explotar, y elaiotecnia, en el que se analizarán los avances en los procesos de batido, molienda y clarificación.
Una de las firmas punteras del AOVE riojano. / DOPAR
A lo largo de estas jornadas, los aceites riojanos en particular, junto con otros del valle alto del Ebro, se someterán a pruebas de cata comparativas en las que tomarán parte marcas procedentes de otras regiones españolas. El foro no hace sino reforzar la labor que la comunidad riojana está llevando a cabo en pro de la calidad de sus aceites de oliva. Éstos han pasado de un estadio casi testimonial aunque muy arraigado y representativo de una tradición, a un momento actual de apertura en el que se están cosechando importantes logros comerciales así como reconocimientos que animan a seguir trabajando.