Archivo de la etiqueta: Recetas

Bacalao y virgen extra: UNA PAREJA INDESTRUCTIBLE

¡Vaya kokotxas!_E (2)
Kokotxas de bacalao en salsa verde ligera. / DOLORES MIQUEL

Si hubiera que elegir el producto ideal para cocinar (o aliñar) con aceite virgen extra, no tenemos ninguna duda de que entre los candidatos más firmes estaría el bacalao. Aceite y bacalao se entienden a la perfección –podría decirse que se necesitan mutuamente- en platos tradicionales como el bacalao al pilpil, a la vizcaína, a la riojana, el ajoarriero o la brandada; las kokotxas rebozadas o en salsa verde, las esqueixadas veraniegas o las modernas ensaladas de autor, los buñuelos o los soldaditos de pavía… Son sólo unos ejemplos sacados de la extensísima culinaria del gádido en los que el aceite virgen extra desempeña una función determinante.

UNA ÚNICA CONDICIÓN. Platos repletos de sabor y de inigualable textura, base de una suculenta cocina casera pero también de innumerables genialidades de los cocineros más creativos, cuya única condición de partida es la máxima calidad de los ingredientes, tanto del aceite virgen extra como de los cortes de bacalao. En el caso de estos últimos, confesamos nuestra debilidad por los productos de Giraldo, cuya presencia es hoy inexcusable en una buena parte de las cocinas más galardonadas del país. Aquí dejamos una receta clásica, para quedar bien y para disfrutarla.Cuadratín

KOKOTXAS DE BACALAO GIRALDO EN SALSA VERDE LIGERA

Ingredientes para 4 personas:

Logo Giraldo32 kokotxas desaladas Giraldo Gama Premium. 5 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra. 1 cebolla mediana (80 g). 1 diente de ajo no muy grande. 1 cucharada sopera de harina de trigo. 1 vaso pequeño de caldo de espinas de bacalao o de pescado. 1 cucharada mediana de perejil muy picado. 1 ramita de perejil. Sal y pimienta.

Preparación:

En una sartén con el aceite, rehogar a fuego lento la cebolla picada hasta que se ponga transparente.

Mientras, en el mortero, machacar el diente de ajo con la ramita de perejil. Disolver con unas cucharadas de caldo.

Cuando la cebolla esté transparente, añadir la harina a la sartén, remover y añadir el contenido del mortero junto al resto del caldo. Cocer esta salsa un par de minutos y colar por el chino sobre una cazuela de barro en el fuego.

Disponer las kokotxas en el fondo de la cazuela bien repartidas, salpimentar, espolvorear con el perejil picado y dejar cocer durante 7 minutos, removiendo enérgicamente el recipiente con la mano para que emulsione la salsa.

Manolo de la Osa: “LO QUE MÁS ME IMPORTA DE UN ACEITE ES SU FRESCURA”

Manuel de la Osa, chef propietario del restaurante Las Rejas. / OLIPREMIUM
Manuel de la Osa, chef propietario del restaurante Las Rejas. / OLIPREMIUM

“Lo que más me interesa a la hora de escoger un aceite virgen extra es su frescura, que no me intenten dar gato por liebre, como ocurre con tanta frecuencia”, nos confiesa Manolo de la Osa, quien, tras un cuarto de siglo de magisterio en su restaurante Las Rejas de Las Pedroñeras, sigue exhibiendo un envidiable estado de forma. Siempre hemos admirado de este chef su capacidad para concebir nuevos platos año tras año sin alejarse apenas del terruño que le vio nacer.

En sus manos, la despensa manchega se transforma en un suculento y tentador cuerno de la abundancia: caza mayor y menor -de pelo y de pluma-, sabrosos cortes de ovino y caprino, quesos y miel, pescados secos y en salazón –mucho bacalao-, algunas verduras y hortalizas, frutas de secano, ajos, azafrán…

Naturalmente, el aceite de calidad, y en particular el de la aceituna cornicabra, tiene un protagonismo indiscutible en sus creaciones. “Es la variedad que mejor representa el territorio de mi cocina y el que uso por defecto, como se dice ahora”, manifiesta el cocinero.

CAZA Y TRUFA, CON PICUAL. Luego, cada ingrediente y cada plato tienen sus particularidades en la cocina de De la Osa. Por ejemplo, sus insuperables cocochas al pilpil prefieren la extrema suavidad de los aceites de arbequina. Primero, para no hacer sombra a la delicadeza de la cococha; luego, porque su versión de la salsa pilpil es en realidad un finísimo puré de patatas emulsionado con aceite en el que previamente han macerado ajos de su tierra. Arbequina también para las ensaladas y sopas frías –memorables los tomates verdes con gamba, albahaca y manzana de la pasada primavera- o aquellas creaciones que deben incorporar el aceite en crudo.

“Para los escabeches ligeros me gusta la hojiblanca, un aceite de gran finura pero con carácter”, apunta el chef. Escabeches como los que hemos probado en algunas recetas protagonizadas por las ostras –producto fetiche en su cocina- o en las soberbias navajas en escabeche de perdiz roja anisada con algas que tuvimos ocasión de saborear hace unos meses.

Los platos de caza, en cambio, y por lo que respecta al aceite, apuntan en otra dirección. El intenso sabor de la cocina venatoria –un buen ejemplo es su magnífico lomo de liebre con setas y trufa negra- exige la fuerza de un aceite de picual, relata el cocinero, para quien el maridaje entre platos y aceites tiene que ver más con el sentido común que con un conjunto de normas de obligado cumplimiento. JOSÉ RAMÓN PEIRÓ