Neven Mimica es comisario europeo de Cooperación Internacional y Desarrollo.
Los daños provocados por la Xylella Fastidiosa, bacteria que está afectando seriamente a importantes regiones olivareras del sur de Italia, no parecen solucionables a corto plazo. Según recientes declaraciones de Neven Mimica, comisario europeo de Cooperación Internacional y Desarrollo, la bacteria ha logrado burlar los cordones sanitarios y ya está afectando a zonas italianas no protegidas. La situación es tan grave que se teme que la Xylella sea capaz de afectar a otros cultivos como el vino y de entrar en otros países como España, lo que provocaría un perjuicio incalculable.
El hecho de que sea ésta la primera vez que la bacteria se ceba con plantaciones europeas, sin duda explica el poco éxito obtenido contra su propagación. Numerosos representantes de instituciones agrícolas no dejan de reclamar medidas urgentes y efectivas, incluso cambios de estrategia y una mayor inversión a la hora de poner en práctica posibles soluciones a una enfermedad mortal para los olivos y cuya capacidad de contagio parece revelarse cada vez más alta.
Árboles secos por efecto de la bacteria Xylella Fastidiosa. / A
La conocida como Xylella fastidiosa, principal quebradero de cabeza de ministerios de agricultura como el de Francia, Italia o España en estos momentos, sigue provocando alarma en el sector olivarero. Pero, ¿qué es exactamente y a qué es debida? Se trata de una bacteria localizada en América del Sur, que viaja en vegetales huéspedes y posee un fuerte poder patógeno en árboles como el olivo aunque no de manera exclusiva pues suele cebarse con cultivos leñosos entre los que también se incluye la vid, el almendro y algunos cítricos.
Sus consecuencias son mortíferas. Hay que tener en cuenta que en muchos casos la bacteria no causa daños visibles en los árboles (muchos de ellos son ornamentales) y éstos se limitan a funcionar como reservorios a la larga letales para otros cultivos. Según estudios consultados, el comportamiento de la bacteria pasa por invadir el xilema de la planta extendiéndose hacia los vasos interiores y dando lugar al corte del flujo de la savia y del agua necesaria para la vida del vegetal. Este proceso lleva a que las plantas se sequen.
LA MAGNITUD DEL PROBLEMA. Si es ahora cuando han saltado las alarmas de la Xylella fastidiosa es por la aparición de sus efectos en el sur de Italia, concretamente en Puglia. De aquí a una epidemia mediterránea con fatales consecuencias generalizadas para el olivar no puede haber mucho si no se toman medidas. Es lo que ha hecho Francia cuyo ministro de agricultura, Stéphane Le Foll, ha pedido a España se adhiera al cierre de fronteras contra esta bacteria impidiendo relación comercial con aquellos países que no pueden certificar que están a salvo de la plaga.
Para comprender la magnitud del problema, basta con tener en cuenta que actualmente hay en Italia unas 250.000 ha en estado de protección y que la fastidiosa ha llegado a Brindisi a pesar de las medidas sanitarias. Éstas vienen aplicándose desde los meses finales del año pasado e incluyen un análisis y un seguimiento preciso de las zonas afectadas para delimitar su extensión así como el uso de tratamientos fitosanitarios y el estudio de viveros que pudieran verse afectados. Además, se lanzó una campaña de información e investigación aplicable también al resto de regiones independientemente de que estuvieran afectadas o no.
Como es evidente, la mejor manera de combatirla consiste en impedir su propagación, a menudo propiciada por plantas ornamentales procedentes de países de América del Sur como Argentina, donde también se han encontrado pruebas de su existencia y de su devastador efecto. Kosovo, Irán o Turquía son otros de los afectados por la letal bacteria. Muchos árboles han tenido que arrancarse.